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martes, 24 de abril de 2012

AMAZONÍA EN EL DOCUMENTO DE APARECIDA

Por: P. Antonio Bonanomi, imc - Centro de Misión y Culturas (Bogotá)


El cuidado de la creación es una acción imperante; la vida del planeta corre peligro y la Iglesia tiene en sus manos la reeducación de sus fieles acerca de la responsabilidad de preservar el medio ambiente: La Amazonía por todos las implicaciones en el equilibrio de la vida del planeta, es una prioridad en el trabajo misionero. Así lo consigna el amplio documento salido de la V Asamblea General de los Obispos de América Latina y el Caribe, en Aparecida-Brasil.


ANÁLISIS DE LA REALIDAD DE LA AMAZONÍA:

En el documento de Aparecida empieza la reflexión sobre este tema, anotando que:"América Latina es el Continente que posee una de las mayores biodiversidades del planeta y una rica socio-diversidad, representada por sus pueblos y culturas. Éstos poseen un gran acervo de conocimientos tradicionales sobre el valor medicinal sobre la utilización sostenible de los recursos naturales, así como sobre la utilización sostenible de los recursos naturales, así como sobre el valor medicinal de plantas y de otros organismos vivos, muchos de los cuales forman la base de su economía" (n.83).

Pero inmediatamente después anota que: "Tales conocimientos son actualmente objeto de apropiación intelectual ilícita, siendo patentados por industrias farmacéuticas, generando vulnerabilidad de los agricultores y sus familias que dependen de estos recursos para su supervivencia" (n.83).

Y añade: "En las decisiones sobre las riquezas de la biodiversidad y de la naturaleza, las poblaciones tradicionales han sido prácticamente excluidas. La naturaleza ha sido y continúa siendo agredida. La tierra fue depredada. Las aguas están siendo tratadas como si fueran una mercancía negociable por las empresas, además de haber sido transformadas en un bien disputado por las grandes potencias. Un ejemplo muy importante en esta situación es la Amazonía". (n.84)

Recuerda que "en su discurso a los jóvenes, en el Estadio de Pacaembú, en San Pablo, el Papa Benedicto XVI llamó la atención sobre la "devastación ambiental de la Amazonía y las amenazas a la dignidad humana de sus pueblos"(n.85)

Finalmente observa que: "La creciente agresión al medio-ambiente puede servir de pretexto para p!"opuestas de internacionalización de la Amazonía, que sólo sirven a los intereses económicos de las corporaciones transnacionales. La sociedad panamazónica es pluriétnica, pluricultural y plurirreligiosa. En ella se está intensificando, cada vez más, la disputa para la ocupación del territorio.

Las poblaciones tradicionales de la región quieren que sus territorios sean reconocidos y legalizados" (n.86).

En su análisis de la realidad de América Latina y del Caribe, y especialmente de la Amazonía, el documento escribe: "La riqueza natural de América Latina y del Caribe experimenta hoy una explotación irracional que va dejando una estela de dilapidación, e incluso de muerte, por toda nuestra región. En todo este proceso, tiene una enorme responsabilidad el actual modelo económico, que privilegia el desmedido afán por la riqueza, por encima de la vida de las personas y los pueblos y del respeto racional de la naturaleza.

La devastación de nuestros bosques y de la biodiversidad, mediante una actitud depredadora y egoísta, involucra la responsabilidad moral de quienes la promueven, porque pone en peligro la vida de millones de personas y en especial el hábitat de los campesinos e indígenas, quienes son expulsados hacia las tierras de ladera y a las grandes ciudades para vivir hacinados en los cinturones de miseria.

Nuestra región tiene necesidad de progresar en su desarrollo agroindustrial para valorar las riquezas de sus tierras y sus capacidades humanas al servicio del bien común, pero no podemos dejar de mencionar los problemas que causa una industrialización salvaje y descontrolada de nuestras ciudades y del campo, que va contaminando el ambiente con toda clase de desechos orgánicos y químicos.

Lo mismo hay que alertar respecto a las industrias extractivas de recursos que, cuando no proceden a controlar y contrarrestar sus efectos dañinos sobre el ambiente circundante, producen la eliminación de bosques, la contaminación del agua, y convierten las zonas explotadas en inmensos desiertos" (n.473)

Amazonía es una realidad llena de vida, por sus riquezas naturales y por la riqueza de pueblos y culturas. Pero esta vida está amenazada por el proyecto de muerte, que se expresa en el modelo de desarrollo implementado por de las corporaciones transnacionales con su actitud depredadora y egoísta, muchas veces con el acuerdo, implícito o explicito, de los gobiernos nacionales.

El prevalecer de la vida o de la muerte en Amazonía significa el prevalecer de la vida o de la muerte para el entero Planeta y para toda la Humanidad.


II - REFLEXION BÍBLICO-TEOLÓGICA SOBRE LA REALIDAD DE LA AMAZONÍA:

El proyecto de Dios sobre la creación

Después de haber presentado la realidad de la Amazonía, son sus riquezas naturales y humanas y con todos los problemas que la amenazan, el documento de Aparecida presenta una reflexión bíblico - ­teológica sobre esta realidad bajo el título: "La Buena Nueva del Destino Universal de los Bienes y la Ecología":

"Con los pueblos originarios de América, alabamos al Señor que creó el universo como espacio para la vida y la convivencia de todos sus hijos e hijas, y nos lo dejó como signo de su bondad y de su belleza.

También la creación es manifestación del amor providente de Dios; nos ha sido entregada para que la cuidemos y la transformemos en fuente de vida digna para todos

Aunque hoy se ha generalizado una mayor valoración de la naturaleza, percibimos claramente de cuántas maneras el hombre amenaza y aún destruye su "hábitat

"Nuestra hermana la madre tierra" (como la llamaba San Francisco) es nuestra casa común y el lugar de la alianza de Dios con los seres humanos y con toda la creación.

Desatender las mutuas relaciones y el equilibrio que Dios mismo estableció entre las realidades creadas es una ofensa al Creador, un atentado contra la biodiversidad y, en definitiva, contra la vida.

El discípulo misionero, a quien Dios le encargó la creación, debe contemplarla, cuidarla y utilizarla, respetando siempre el orden que le dio el Creador" (n.125).

Añade el documento:

"La mejor forma d respetar la naturaleza es promover una ecología humana abierta a trascendencia que respetando la persona y la familia, los ambientes y las ciudades, sigua la indicación paulina de recapitular todas las cosas en Cristo y de alabar con Él al Padre (cf. I Cor.3 21-23),

El Señor ha entregado el mundo para todos, para los de las generaciones presentes y futuras. El destino universal de los bienes exige la solidaridad con las generaciones presentes y futuras, ya que los recursos son cada vez más limitados, su uso debe estar regulado según un principio de justicia distributiva respetando el desarrollo sostenible" (n.126).


III- ORIENTACIONES PASTORALES "SOBRE EL CUIDADO DE LA CREACIÓN"

Frente a la realidad de América Latina y el Caribe, y especialmente de la Amazonía. y a la luz del proyecto de Dios sobre la realidad, el documento de Aparecida ofrece "algunas propuestas y orientaciones":

a)” Evangelizar a nuestros pueblos para descubrir el don de la creación, sabiéndola contemplar y cuidar como casa de todos los seres vivos y matriz de la vida del planeta, a fin de ejercitar responsablemente el señorío humano sobre la tierra y los recursos, para que pueda rendir todos los frutos en su destinación universal, educando para un estilo de vida de sobriedad y austeridad solidarias.

b) Profundizar la presencia pastoral en las poblaciones más frágiles y amenazadas por el desarrollo depredatorio, y apoyarlas en sus esfuerzos para lograr una equitativa distribución de la tierra, del agua y de los espacios urbanos.

c) Buscar un modelo de desarrollo alternativo (recordando las palabras de Pablo VI en la Populorum progressio: "(El verdadero desarrollo) es el paso, para todos y para cada uno, de unas condiciones de vida menos humanas a condiciones más humanas"), integral y solidario, basado en una ética que incluya la responsabilidad por una auténtica ecología natural y humana, que se fundamenta en el Evangelio de la justicia, de la solidaridad y el destino universal de los bienes, y que supere la lógica utilitarista e individualista, que no somete a criterios éticos los poderes económicos y tecnológicos. Por 10 tanto, alentar a nuestros campesinos a que se organicen de tal manera que puedan lograr su justo reclamo.

d) Empeñar nuestros esfuerzos en la promulgación de políticas públicas y participaciones ciudadanas que garanticen la protección, conservación y restauración de la naturaleza.

e) Determinar medidas de monitoreo y control social sobre la aplicación en los Países de los estándares ambientales internacionales" (n.474)

Finalmente el documento de Aparecida ofrece unas orientaciones pastorales específicas para Amazonía:

"Crear conciencia en las Américas sobre la importancia de la Amazonía para toda la humanidad; establecer, entre las iglesias locales de diversos países suramericanos, que están en la cuenca amazónica, una pastoral de conjunto con prioridades diferenciadas para crear un modelo de desarrollo que privilegie a los pobres y sirva al bien común; a poyar, con los recursos humanos y financieros necesarios, a la iglesia que vive en la Amazonía para que siga proclamando el evangelio de la vida y desarrolle su trabajo pastoral en la formación de laicos y sacerdotes a través de seminarios, cursos, intercambios visitas a las comunidades y material educativo" (n.475)


Conclusión

La opción por el "cuidado de la creación", y específicamente por el cuidado de la Amazonía, que el documento de Aparecida nos propone, es un compromiso para toda la Iglesia, y todas los misioneros evangelizadores que ha asumido la responsabilidad del acompañamiento a los pueblos, indígenas y colonos, que viven en tierra amazónica.

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