El cuidado de la creación es una
acción imperante; la vida del planeta corre peligro y la Iglesia tiene en sus
manos la reeducación de sus fieles acerca de la responsabilidad de preservar el
medio ambiente: La Amazonía
por todos las implicaciones en el equilibrio de la vida del planeta, es una prioridad
en el trabajo misionero. Así lo consigna el amplio documento salido de la V Asamblea General de
los Obispos de América Latina y el Caribe, en Aparecida-Brasil.
ANÁLISIS DE
En el documento de Aparecida empieza
la reflexión sobre este tema, anotando que:"América Latina es el
Continente que posee una de las mayores biodiversidades del planeta y una rica
socio-diversidad, representada por sus pueblos y culturas. Éstos poseen un gran
acervo de conocimientos tradicionales sobre el valor medicinal sobre la
utilización sostenible de los recursos naturales, así como sobre la utilización
sostenible de los recursos naturales, así como sobre el valor medicinal de
plantas y de otros organismos vivos, muchos de los cuales forman la base de su
economía" (n.83).
Pero inmediatamente después anota que:
"Tales conocimientos son actualmente objeto de apropiación intelectual
ilícita, siendo patentados por industrias farmacéuticas, generando
vulnerabilidad de los agricultores y sus familias que dependen de estos
recursos para su supervivencia" (n.83).
Y añade: "En las decisiones sobre
las riquezas de la biodiversidad y de la naturaleza, las poblaciones tradicionales
han sido prácticamente excluidas. La naturaleza ha sido y continúa siendo
agredida. La tierra fue depredada. Las aguas están siendo tratadas como si
fueran una mercancía negociable por las empresas, además de haber sido
transformadas en un bien disputado por las grandes potencias. Un ejemplo muy
importante en esta situación es la
Amazonía ". (n.84)
Recuerda que "en su discurso a
los jóvenes, en el Estadio de Pacaembú, en San Pablo, el Papa Benedicto XVI
llamó la atención sobre la "devastación ambiental de la Amazonía y las amenazas a
la dignidad humana de sus pueblos"(n.85)
Finalmente observa que: "La
creciente agresión al medio-ambiente puede servir de pretexto para
p!"opuestas de internacionalización de la Amazonía , que sólo sirven
a los intereses económicos de las corporaciones transnacionales. La sociedad
panamazónica es pluriétnica, pluricultural y plurirreligiosa. En ella se está
intensificando, cada vez más, la disputa para la ocupación del territorio.
Las poblaciones tradicionales de la región
quieren que sus territorios sean reconocidos y legalizados" (n.86).
En su análisis de la realidad de
América Latina y del Caribe, y especialmente de la Amazonía , el documento
escribe: "La riqueza natural de América Latina y del Caribe experimenta hoy
una explotación irracional que va dejando una estela de dilapidación, e incluso
de muerte, por toda nuestra región. En todo este proceso, tiene una enorme
responsabilidad el actual modelo económico, que privilegia el desmedido afán
por la riqueza, por encima de la vida de las personas y los pueblos y del
respeto racional de la naturaleza.
La devastación de nuestros bosques y
de la biodiversidad, mediante una actitud depredadora y egoísta, involucra la
responsabilidad moral de quienes la promueven, porque pone en peligro la vida
de millones de personas y en especial el hábitat de los campesinos e indígenas,
quienes son expulsados hacia las tierras de ladera y a las grandes ciudades
para vivir hacinados en los cinturones de miseria.
Nuestra región tiene necesidad de
progresar en su desarrollo agroindustrial para valorar las riquezas de sus tierras
y sus capacidades humanas al servicio del bien común, pero no podemos dejar de
mencionar los problemas que causa una industrialización salvaje y descontrolada
de nuestras ciudades y del campo, que va contaminando el ambiente con toda
clase de desechos orgánicos y químicos.
Lo mismo hay que alertar respecto a
las industrias extractivas de recursos que, cuando no proceden a controlar y
contrarrestar sus efectos dañinos sobre el ambiente circundante, producen la
eliminación de bosques, la contaminación del agua, y convierten las zonas
explotadas en inmensos desiertos" (n.473)
Amazonía es una realidad llena de
vida, por sus riquezas naturales y por la riqueza de pueblos y culturas. Pero
esta vida está amenazada por el proyecto de muerte, que se expresa en el modelo
de desarrollo implementado por de las corporaciones transnacionales con su
actitud depredadora y egoísta, muchas veces con el acuerdo, implícito o explicito,
de los gobiernos nacionales.
El prevalecer de la vida o de la
muerte en Amazonía significa el prevalecer de la vida o de la muerte para el
entero Planeta y para toda la
Humanidad.
II - REFLEXION BÍBLICO-TEOLÓGICA SOBRE
LA REALIDAD DE
LA AMAZONÍA :
El proyecto de Dios sobre la creación
Después de haber presentado la realidad de
"Con los pueblos originarios de
América, alabamos al Señor que creó el universo como espacio para la vida y la
convivencia de todos sus hijos e hijas, y nos lo dejó como signo de su bondad y
de su belleza.
También la creación es manifestación
del amor providente de Dios; nos ha sido entregada para que la cuidemos y la
transformemos en fuente de vida digna para todos
Aunque hoy se ha generalizado una
mayor valoración de la naturaleza, percibimos claramente de cuántas maneras el
hombre amenaza y aún destruye su "hábitat
"Nuestra hermana la madre tierra" (como la llamaba San Francisco) es nuestra casa común y el lugar de la alianza de Dios con los seres humanos y con toda la creación.
Desatender las mutuas relaciones y el
equilibrio que Dios mismo estableció entre las realidades creadas es una ofensa
al Creador, un atentado contra la biodiversidad y, en definitiva, contra la
vida.
El discípulo misionero, a quien Dios
le encargó la creación, debe contemplarla, cuidarla y utilizarla, respetando
siempre el orden que le dio el Creador" (n.125).
Añade el documento:
"La mejor forma d respetar la
naturaleza es promover una ecología humana abierta a trascendencia que
respetando la persona y la familia, los ambientes y las ciudades, sigua la
indicación paulina de recapitular todas las cosas en Cristo y de alabar con Él
al Padre (cf. I Cor.3 21-23),
El Señor ha entregado el mundo para
todos, para los de las generaciones presentes y futuras. El destino universal
de los bienes exige la solidaridad con las generaciones presentes y futuras, ya
que los recursos son cada vez más limitados, su uso debe estar regulado según
un principio de justicia distributiva respetando el desarrollo sostenible"
(n.126).
III- ORIENTACIONES PASTORALES
"SOBRE EL CUIDADO DE LA
CREACIÓN "
Frente a la realidad de América Latina
y el Caribe, y especialmente de la
Amazonía. y a la luz del proyecto de Dios sobre la realidad,
el documento de Aparecida ofrece "algunas propuestas y
orientaciones":
a)” Evangelizar a nuestros pueblos
para descubrir el don de la creación, sabiéndola contemplar y cuidar como casa
de todos los seres vivos y matriz de la vida del planeta, a fin de ejercitar
responsablemente el señorío humano sobre la tierra y los recursos, para que
pueda rendir todos los frutos en su destinación universal, educando para un
estilo de vida de sobriedad y austeridad solidarias.
b) Profundizar la presencia pastoral en las poblaciones más frágiles y amenazadas por el desarrollo depredatorio, y apoyarlas en sus esfuerzos para lograr una equitativa distribución de la tierra, del agua y de los espacios urbanos.
c) Buscar un modelo de desarrollo alternativo (recordando las palabras de Pablo VI en
d) Empeñar nuestros esfuerzos en la promulgación de políticas públicas y participaciones ciudadanas que garanticen la protección, conservación y restauración de la naturaleza.
e) Determinar medidas de monitoreo y control social sobre la aplicación en los Países de los estándares ambientales internacionales" (n.474)
Finalmente el documento de Aparecida ofrece unas orientaciones pastorales específicas para Amazonía:
"Crear conciencia en las Américas sobre la importancia de
Conclusión
La opción por el "cuidado de la
creación", y específicamente por el cuidado de la Amazonía , que el
documento de Aparecida nos propone, es un compromiso para toda la Iglesia, y
todas los misioneros evangelizadores que ha asumido la responsabilidad del acompañamiento
a los pueblos, indígenas y colonos, que viven en tierra amazónica.
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